lunes, 24 de julio de 2017

Die 4 you

Tengo miedo de todo lo que pueda pasar de aquí en adelante, tengo miedo de mí. Soy un cabo suelto en busca de ser asistido, quiero que me encuentren y quiero encontrarlos. La cuestión es ser olvidado o, en caso contrarió, recordado como un alma que se apagó en el infinito. No. Y es que me cuesta tanto lidiar con mis demonios, aquellos que te sofocan el pecho y confunden tus decisiones, esos, letales. No entiendo nada. En los últimos meses la apatía es el sentimiento que se ha presentado firme en la mayoría de mis momentos. Estaba aburrido. Estoy aburrido. Aburrido de mis métodos para sobrellevar esta sociedad tan violenta, y es que todo es tan rutinario, y es que la vida es tan bella, y es que me pierdo en mis emociones, y eso, eso es mi muerte. Estoy muerto y no los había notado, muerto en vida que es peor. No quiero. No quiero convertirme en un chiste.
Y dentro de toda esta triste historia aparece él, constante, su amor tan grande y su sonrisa amarilla por el tabaco. Tan cerca en mis sueños y tan inexistente en mi realidad.